Se puede considerar violencia psicológica a los insultos, apodos que nos incomodan, celos, el hecho de que nos prohíban o intenten controlar aspectos de nuestra vida.
“Es que así se pone cuando está borracho”, “ahorita no le hablo porque ya ves cómo se pone” y otras excusas similares justificando conductas de violencia psicológica es común escuchar cuando alguien te comparte su dinámica de relación. ¿Por qué pasa esto? Porque solemos minimizar y normalizar la violencia psicológica. Aquí te cuento más al respecto.
Podemos considerar violencia psicológica a los insultos, apodos que nos incomodan, celos, el hecho de que nos prohíban o intenten controlar aspectos de nuestra vida como la manera en la que vestimos, hacemos o a quién le hablamos, y toda conducta que tenga un impacto negativo en la manera en la que nos percibimos.
La sociedad nos ha llevado a acostumbrarnos a estas conductas y pensar que son “muestras de amor” o que simplemente tienen que ver con la personalidad de la persona, por lo que solemos pasarlas por alto o no poner un límite, pues podemos considerar que nos vamos a ver “intensas” o “dramáticas”.
Pero no. Esto no debe de ser normal, no está bien y puedes hacer algo para cambiarlo.
Recuerda que nadie tiene el derecho de hacerte sentir que tu opinión, sentimientos o creencias son menos importantes o menos válidas. Esto puede ser sutil al inicio; sin embargo, puede afectar en la manera en la que te ves a ti misma.
Si tú vives alguna situación así o conoces a alguien que la vive y no saben qué hacer o sienten que no pueden salir de ahí, busca ayuda, no estás sola.
En Plenna contamos con terapia psicológica y podemos escucharte y ayudarte a encontrar las herramientas para tener relaciones más sanas y felices.
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