El Síndrome de Ovario Poliquístico (comúnmente conocido como SOP) es una condición en la que la alimentación es clave, se busca que su tratamiento también incluya otros ejes como el tratamiento psicológico y el cambio en hábitos para aumentar la calidad de vida.
Algunas enfermedades como los miomas uterinos, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico (SOP) y cáncer, además de carecer de una cura definitiva, no tienen efectividad permanente con el uso de medicamentos o hay un riesgo de recurrencia de la enfermedad si se suspenden [1,2,3].
Por esto, se busca que su tratamiento también incluya otros ejes como la alimentación, el tratamiento psicológico y el cambio en hábitos para aumentar la calidad de vida.
En otra entrada de nuestro blog te contamos de la importante relación entre la alimentación y la endometriosis.
El Síndrome de Ovario Poliquístico (comúnmente conocido como SOP) es otra condición en la que la alimentación es clave.
Las mujeres con SOP tienen un mayor riesgo de resistencia a la insulina y alteraciones asociadas como el síndrome metabólico, enfermedad de hígado graso no alcohólico, elevación de colesterol y triglicéridos sanguíneos, hipertensión y obesidad.
La resistencia a la insulina es la más común, y se ha descrito en hasta el 80% de las mujeres con SOP según algunos estudios [5]. Esto ocurre de manera independiente a la obesidad [4,5].
Si bien no existe una cura para el SOP, la primera línea de tratamiento es modificar factores que definen el estilo de vida, como la práctica de ejercicio y la alimentación, con la finalidad de mejorar la sensibilidad a la insulina [6]. Se ha demostrado que una pérdida de peso moderada, siempre y cuando sea pertinente para cada paciente, ayuda a disminuir la liberación de insulina y andrógenos que promueve la regularización del ciclo menstrual, la ovulación y los embarazos espontáneos, además de una mejora en la calidad de vida general [7,8,9,10,11].
A pesar de que la alimentación para tratar el SOP ha sido muy estudiada, todavía no hay una dieta claramente superior para estas pacientes. Aun así, pareciera que los tipos de dieta bajas en carbohidratos simples o altas en alimentos ricos en carbohidratos complejos como la dieta DASH (una dieta caracterizada por ser principalmente basada en plantas ricas en fibra y alimentos de origen animal de muy bajo contenido graso), han resultado en una reducción significativa en los marcadores de resistencia a la insulina, circunferencia abdominal, índice de masa corporal (IMC), y niveles de triglicéridos y colesterol LDL [12].
Además, en otro estudio similar con 60 mujeres, se demostró que estas dietas podrían ayudar también a corregir niveles de androstenediona (hormona que puede aumentar la producción de testosterona) y de globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG), es decir, podría ayudar a disminuir los niveles de andrógenos (hormonas masculinas) que causan síntomas como el exceso de vello facial e infertilidad [13].
La cantidad de calorías en una dieta para SOP no es lo más importante, más bien se ha estudiado el efecto de su distribución en diferentes comidas del día. Por ejemplo, en un estudio se evaluó un grupo de mujeres que consumió la mayoría de las calorías en el desayuno. Este grupo tuvo una reducción significativa de los niveles de glucosa e insulina en sangre, una disminución favorable de la testosterona, un aumento de la SHBG y una mejora de la función ovulatoria. Por el contrario, estos efectos no se lograron en el grupo que consumió mayor parte de sus calorías diarias en la cena, lo que sugiere que el horario de las comidas y la distribución calórica podrían ser importantes en las mujeres con SOP [14].
El número de comidas al día también afecta a las pacientes con SOP, ya que un estudio con 40 mujeres evaluó el consumo de seis comidas en comparación con tres comidas al día, revelando que con seis comidas al día se obtuvieron mejores resultados en la prueba de tolerancia oral a la glucosa y reducciones significativas en los niveles de insulina en ayuno que con tres comidas al día [15].
La suplementación de vitamina D es otro factor importante, ya que puede ayudar a reducir el índice de testosterona total, así como el índice de andrógenos libres, disminuir el hirsutismo y aumentar la SHBG. Sin embargo, la dosis siempre debe ser indicada por tu nutrióloga para obtener los mejores resultados.
Sobre la suplementación con inositol, éste puede mejorar la respuesta de la insulina, específicamente en su forma D-chiro-inositol, cuya deficiencia se ha relacionado con la resistencia a la insulina [16]. En varios estudios donde las pacientes recibieron 2 g de mio-inositol diarios, la suplementación resultó en una reducción del índice de masa corporal y la resistencia a la insulina, y de forma más significativa en pacientes con obesidad y niveles altos de insulina en ayuno [17]. Otro estudio comparó la suplementación de mio-inositol con la de D-chiro-inositol durante 6 meses y encontró que ambas formas mejoraron la función ovárica y el metabolismo en pacientes con SOP, con la diferencia de que el mioinositol fue mejor para mejorar el perfil metabólico (triglicéridos y colesterol en sangre), mientras que el D-chiro-inositol redujo más los niveles de testosterona [18].
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Referencias: