Los miomas uterinos (leiomiomas) son masas de músculo que crecen en las paredes del útero, estos aparecen en el 20-25% de las mujeres en edad reproductiva y puede aparecer desde una a múltiples masas...
Los miomas uterinos (leiomiomas) son masas de músculo que crecen en las paredes del útero, estos aparecen en el 20-25% de las mujeres en edad reproductiva y puede aparecer desde una a múltiples masas. El riesgo de aparición aumenta con la edad y se ha visto una probabilidad de aparición hasta el 70% a los 50 años. Su crecimiento no tiene una causa en específico, pero está relacionado con el estrógeno, ya que los miomas son sensibles a esta hormona. Esta es alta durante nuestros años más fértiles y hay factores que pueden aumentar los niveles de estrógeno en nuestro cuerpo, como lo es la obesidad. También existe una relación entre embarazos previos y una menor probabilidad de formar miomas. Por otro lado, durante la menopausia los niveles de estrógeno disminuyen y se puede ver una disminución en el tamaño de los miomas.
Se clasifican dependiendo de su ubicación en la pared uterina. Los miomas subserosos se encuentran en la capa más externa del útero, está es una capa muy delgada y junto con los ligamentos alrededor, sostienen el útero. Los miomas intramurales son los miomas más frecuentemente encontrados y se ubican dentro de la pared media del útero, esta es la capa más gruesa y está compuesta de músculo. Por último, los miomas ubicados en la capa interna del útero (endometrio) son llamados miomas submucosos.
Su ubicación y tamaño pueden hacer que los síntomas que cada mujer presenta varíen. Muchas mujeres con miomas no tienen síntomas, pero los más típicos son: sangrado, dolor pélvico tipo cólico y una sensación de compresión. El sangrado es el síntoma más frecuente y este ocurre por la dilatación de las venas, esto pasa por la presión y compresión que los miomas ejercen sobre el sistema venoso del útero. La sensación de compresión suele ocurrir cuando los miomas crecen y el útero está lo suficientemente grande para extenderse y causar esa compresión. El dolor que puede presentarse suele ser pélvico, sin relación al ciclo menstrual y puede presentarse durante las relaciones sexuales. Si el dolor pélvico es agudo, te recomendamos hablar con una ginecóloga para descartar una emergencia.
Por último, hay un pequeño porcentaje de casos donde los miomas pueden acompañarse de problemas de fertilidad. Esto puede ocurrir por la compresión de las trompas de Falopio, el cambio en las contracciones del útero que ayudan al transporte de los espermatozoides al óvulo o los cambios anatómicos en las capas del útero.
Su diagnóstico requiere de una exploración física ginecológica y estudios de imagen como lo es el ultrasonido pélvico. El tratamiento depende de cada caso, va desde la observación y vigilancia, cambios en el estilo de vida, el uso de medicamentos para tratar el dolor o terapia hormonal, sin embargo, la mayoría de las veces es necesario retirarlos quirúrgicamente. Actualmente se puede realizar una miomectomía con técnicas de laparoscopía que se consideran menos invasivas que una cirugía convencional.
Acércate a nuestras ginecólogas Plenna si tienes más dudas sobre los miomas uterinos.
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